Meses después Martí descubrió la triste realidad de las políticas de Barrios. Los indígenas no dejaron de ser pobres; Barrios los obligó a continuar viviendo en el modelo represivo de la colonia. La promoción de la economía del café terminó destruyendo las comunidades Maya. Las tierras comunales de los nativos fueron privatizadas sin compensación adecuada. Muchos indígenas se enfermaban y morían al ser obligados a vivir en las alturas de las montañas. La iconografía y simbolismo Maya en la bandera era solo propaganda e ilusión retórica. Los Mayas continuaban eliminados del poder político de Guatemala.
A pesar de eso, Martí siguió estudiando a Barrios cuidadosamente por un tiempo, mientras trabajaba bajo el liderazgo del cubano José María Izaguirre (1828-1905). Izaguirre era ex miembro de la Asamblea Constituyente de Guáimaro por el Distrito de Jiguaní (10 al 11 abril de 1869), y fundador de la Escuela Normal de Maestros de Guatemala, a cuya facultad se unió Martí el 29 de Mayo de 1877. Muy pronto, sin embargo, Martí no pudo reprimir su desagrado con Barrios. En Marzo 8 de 1878 le escribió a Manuel Mercado y compartió con él su desilusión. Para empeorar las cosas, Izaguirre fue acusado de abusar de su autoridad y menospreciar la cultura guatemalteca por el exceso de celo en su labor por la independencia de Cuba.
Mercado le respondió a Martí pidiéndole paciencia y compartiendo con él un secreto que lo consumía: la vergüenza por haber accedido a una alianza con Porfirio Díaz y haber conspirado en su favor en 1876, violando la lealtad que le debía a Lerdo de Quesada siendo como era un funcionario de su gobierno. Mercado le pidió a Martí que guardara el secreto de su ingratitud con Lerdo, de la cual no se sentía orgulloso.
A finales de Marzo de 1878 el Presidente Barrios despidió a Izaguirre como director de la Normal de Guatemala. El 2 de Abril de 1878 Martí le escribió a Mercado desde Ciudad Guatemala la carta inédita objeto de este artículo, asegurándole la total seguridad de su secreto.
«Guatemala, 2 de Abril 1878
A Manuel Mercado:
Honorable y amado amigo:
No dudo que nuestra conversación lo haya hecho reflexionar.
Es envidiable lo que puede hacer un hombre como usted por sus ideas.
Aún cuando no me sienta yo con ánimos de hacer cosa alguna no se preocupe usted por sus ideas, nuestra conversación es parte ya de mis consideraciones más urgentes.
Estimado amigo, bien sabe usted el afecto que le profeso.
No tema, su secreto está seguro conmigo.
Martí.»
El 6 de Abril Martí renunció a su posición en la Normal de Maestros en solidaridad con Izaguirre, dando por terminada su relación con Barrios y Guatemala. En una carta del 20 de Abril de 1878 a Manuel Mercado le expone:
«me veo obligado a renunciar las pocas cátedras que me quedaban; a irme del país, y a hacerles sentir mi desdén antes que ellos me hicieran sentir su injusticia.»
La Guerra del ‘68 había terminado en Cuba con el Pacto del Zanjón en Febrero de 1878. Martí decidió volver a Cuba en Julio de 1878, acogiéndose a la amnistía general que se ofreció en el Pacto del Zanjón a todos los exiliados.
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Jose Julian Marti |
Martí y Carmen, esperando su primer hijo, salieron de Guatemala el 6 de Julio de 1878, poco después de un año de haber vivido allí. Fue así que José Francisco Martí Zayas-Bazán (Ismaelillo) nació en La Habana el 22 de Noviembre de 1878.
Martí fue de nuevo expulsado a España y desde allí escapó a Nueva York, donde comenzó a trabajar febrilmente en lo que llamó «la Tregua Fecunda» (1878-1895), periodo durante el cual se forjó la unidad de los cubanos de la isla y el exterior para lograr la independencia de Cuba.
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Carmen Zayas Bazan |
Echando a un lado sus divergencias políticas con Porfirio Díaz, el 23 de Julio de 1894, diecisiete años después de su salida de México, Martí solicitó —por medio de Manuel Mercado, que desde 1882 oficiaba como Subsecretario de Gobernación de México— una entrevista con Porfirio Díaz con el objeto de solicitar recursos económicos y el reconocimiento de México a la beligerancia en Cuba. Ignorando que en 1876 se había expresado de Porfirio Díaz como «un hombre que se declara por su exclusiva voluntad, señor de hombres,» Martí, en esa nueva ocasión, argumentó:
« quien solicita la reunión no es un cubano cualquiera sino un cubano prudente [...] que ha probado sin alarde, y en horas críticas, su amor vigilante a México,» añadiendo « no vengo a dirigirme al jefe oficial de la República que luchó ayer por lo que Cuba vuelve a luchar hoy, sino al hombre cauto y de fuerte corazón que padeció por la libertad del continente, que la mantiene hoy con la dignidad y unidad que da a su pueblo, y que no puede desoír, ni ver como extraños, a los que a las puertas de su patria, en el crucero futuro y cercano del mundo y frente a una nación ajena y necesitada, van a batallar por el decoro y bienestar de sus compatriotas, y el equilibrio y seguridad de nuestra América.»
El primero de Agosto de 1894 se llevó a cabo la entrevista entre José Martí y Porfirio Díaz en el Palacio de Chapultepec. Porfirio Díaz conversó largamente con Martí, pero no accedió a reconocer la beligerancia a los cubanos, ni a ofrecer puerto seguro a las embarcaciones del ejército cubano en armas, ni a permitir la organización de expediciones desde territorio Mexicano. Respondiendo a las cortesías y halagos de Martí le concedió una ayuda monetaria de 20,000 pesos oro, con esperanzas infundadas de que algún día Martí pudiera devolverle la cortesía apoyando el sueño de Porfirio Díaz de anexar la isla de Cuba a la República Mexicana.
Raúl Eduardo Chao
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