viernes, 18 de mayo de 2012
jueves, 29 de marzo de 2012
Braulio Lecusay Vargas: Leyenda viviente
Por: Daniel I. Pedreira
Muchas veces, la historia reconoce los logros de una persona después de su fallecimiento. Los tributos y honores, a veces muy merecidos, los disfrutan familiares, amigos y demas allegados, pero son pocas las veces que los homenajeados viven para disfrutarlo.
En la ciudad de Miami vive un individuo que, a pesar de sus mas de cien años de vida, es caracterizado por su sencillez y su humildad. Sin embargo, el que ha estudiado la historia de Cuba a fondo inmediatamente reconoce la labor de Braulio Lecusay Vargas.
Uno de catorce hermanos, el Sr. Lecusay nació el 20 de febrero de 1911 en Mayarí, Oriente. Su padre, Jose C. Lecusay Vargas, luego sería alcalde de dicho Municipio. El joven Lecusay estudió en el Centro Escolar #1 en Mayarí hasta obtener el quinto grado.
Al cumplir 18 años de edad, se afilió al Partido Conservador Nacional. Su padre era el presidente de dicho partido en Mayarí. Siguió en el Partido a través de los cambios de nombre de este a Conjunto Nacional Demócrata, Partido Demócrata Republicano y Partido Republicano.
Durante 10 años, Lecusay llevó a cabo trabajos de oficina y Pesador de Cañas en el Central Preston de Mayarí, propiedad de la United Fruit and Sugar Company. Desde junio de 1936 hasta noviembre de 1940, trabajó como Oficial Auxiliar de la Secretaría de la Administración Municipal de Mayarí, siendo su padre el Alcalde Municipal. Luego, de 1941 a 1943, trabajó en la compañía Frederick Snare Corporation, en el Departamento de Nóminas, en trabajos en la Base Naval de Guantánamo y en las minas de níquel de Mayarí.
Lecusay se casó con Victoria Tamayo Gálvez. Juntos tuvieron tres hijos: José Humberto, Darío y Nersa.
En las elecciones generales del 4 de noviembre de 1954, Lecusay se postuló a la Alcaldía Municipal de Mayarí por el Partido Progresista, en coalición con el Partido Liberal y el Partido Demócrata. Salió electo y tomó posesión como Alcalde Municipal el 5 de enero de 1955.
En los cuatro años de su gestión como alcalde, desarrolló numerosos proyectos de obras publicas, entre ellos: la reconstrucción del Parque Carlos M. de Céspedes, la construcción de los Parques Infantiles de Mayarí y Cueto, la apertura de la Calle General Emilio Núñez Rodriguez, la ampliación de las calles Antonio Guiteras Holmes y General Guillermo Moncada y la construcción de los Parques y Obeliscos en memoria del Coronel Mateo Sánchez y del General Antonio Maceo Grajales. También se elevó el Presupuesto Municipal de $153.000 a $207.000. Al cesar en su cargo el 31 de diciembre de 1958, el alcalde Lecusay dejó al Municipio libre de deudas y con un superavit de $51.000 en fondos Municipales.
Al llegar el castrismo, el nuevo gobierno revolucionario le exigió que devolviera el sueldo de $13.133.44 que había recibido por sus cuatro años como Alcalde Municipal por el simple hecho de haber ocupado esta posición. Ademas, le confiscaron todo lo que le correspondía en la “Organización de Herederos de la Sucesión de José C. Lecuasy Vargas,” integrada por su madre y hermanos. Lecusay y su familia comenzaron a buscar formas de salir de Cuba. En 1961, su hijo fue detenido, acusado de llevar a cabo actividades contrarias al gobierno, juzgado y condenado a cinco años de cárcel en la Prisión de Boniato. Tuvieron que aguantar los planes de salida. Luego, el 3 de noviembre de 1963, Lecusay fue detenido y trasladado a varias cárceles hasta llegar finalmente a la Prisión de Boniato. Al cabo de siete meses se le celebró un juicio. El abogado de oficio que lo defendió, Mateo Bell Badell, le dijo en la última visita que le hizo: “Lecusay, quiero expresarle que las autoridades que lo estan juzgando, demuestran estar muy contrariadas en su caso, porque han designado en varias oportunidades a agentes para que averiguen sobre su conducta, y los acusen, demostrando que hay un interés grande en condenarlo, resultando, que en su pueblo, donde usted fué Alcalde Municipal, se habla bien de toda su familia, y en especial de usted, como que fué un funcionario muy honesto, que no le hizo daño a nadie.” Lecusay pasó cuatro de sus cinco años de prisión trabajando en Granjas Agricolas.
Al salir de la prisión en 1968, comenzó a gestionar de nuevo su salida de Cuba, lográndola el 20 de julio de 1971. Sus familiares ya se encontraban fuera de Cuba. Salió hacia Madrid, España, donde residió once meses. Desde 1972 ha vivido en Miami. Le fue dificil encontrar empleo al principio, pero, como la mayoria de los exiliados cubanos, logró encontrar trabajo gracias a su determinación y deseo de superarse. Trabajó en una factoría de espejuelos, en una factoría de zapatos y en una fábrica de puertas y ventanas de cristal.
Los logros del Sr. Lecusay en sus 101 años de vida sirven de ejemplo para los cubanos de hoy. Debemos aprender de las lecciones que nos dejan la trayectoria y el ejemplo de esta leyenda viviente.
Daniel I. Pedreira es Licenciado en Estudios Internacionales y Ciencias Políticas de la Universidad de Miami. Su dirección electrónica es: d.pedreira@umiami.edu
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jueves, 19 de enero de 2012
Presentación del libro “REPUBLICAN CUBA” por Raúl Eduardo Chao
Herencia Cultural Cubana
La Asociación Nacional de Educadores Cubanos (NACAE)
Se complacen en invitarlos a la presentación del libro
“REPUBLICAN CUBA”
por
Raúl Eduardo Chao
Una historia ilustrada de los cincuenta años de existencia de la República de Cuba, desde 1902 a 1959.
Contiene más de 1200 fotografías y documentos que ayudan a comprender su situación presente y los eventos, éxitos y fracasos de los años en que la República se desarrolló. El libro está dedicado a los que llegaron a conocer la República de Cuba y a sus hijos y todas las futuras generaciones de sus descendientes.
PRESENTACIÓN: Juan Manuel Salvat, fue participante por el Directorio Estudiantil en Cuba de numerosas operaciones de protesta al régimen de Castro en los años ’60. En el exilio, como fundador y dueño de Ediciones Universal y Librería & Distribuidora Universal, ha jugado un rol preponderante en la publicación y distribución no sólo de libros en español, sino de colecciones completas de libros sobre Cuba.
COMENTARIOS: Marcos Antonio Ramos, conferencista, historiador y columnista. Doctor en Teleología con especialización en historia. Mercy College lo designó doctor honoris causa (1980). Ensenó en seis universidades y se jubiló con rango de “Profesor Emérito” (2010). Es Editor General de la revista Herencia y Vicepresidente de Casa Cultural Dominico-Americana, Cuban Cultural Heritage y Editorial Cubana, e investigador asociado de ICCAS. Autor de numerosos libros, ensayos, y artículos periodísticos.
Eduardo Zayas-Bazán, tiene una maestría en idiomas de Kansas State Teachers College, Emporia, Kansas, y un doctorado en derecho de la Universidad Nacional José Martí, La Habana, Cuba. Zayas-Bazán es Profesor Emérito de Idiomas de East Tennessee State University, jubilándose en mayo de 1999 después de 31 años de servicio. De 1994 a 1998 el profesor Zayas-Bazán fue director asociado de Hispania, la revista de la American Association of Teachers of Spanish and Portuguese. Es co-autor, co-editor y traductor de dieciocho libros. Dos de sus libros de texto de español, ¡Arriba!, y Conexiones, publicados por Prentice Hall, se enseñan en más cien universidades. Es el co-autor de la novela histórica El pez volador, la versión inglesa es The Flying Fish.
AUTOR: Raúl Eduardo Chao rrecibió su Ph.D. en Ingeniería Química de Johns Hopkins University y, por 18 años, fue consultor de la NASA y Director de Ingeniería Química en las universidades de Puerto Rico y Detroit. Luego fundó The Systema Group, una consultoría internacional de gerencia basada en Miami. En sus funciones científicas y luego gerenciales, ha escrito más de 70 artículos para revistas profesionales, así como columnas semanales en El Excelsior de México y El Listín Diario de República Dominicana. En los últimos años, se ha dedicado a la investigación sobre temas cubanos, habiendo escrito tres novelas históricas, Contramaestre, Baraguá y Jimaguayú, un libro de Poemas y Memorias de Cuba, y esta historia ilustrada de la república.
FECHA: Lunes, enero 23, 2012
6:30 p.m. Recepción
7:00 p.m. Presentación
LUGAR: Casa Bacardí /Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos
Universidad de Miami, 1531 Brescia Ave., Coral Gables
RSVP: Para reservar llamar al Instituto al (305) 284-CUBA (2822). Espacio limitado.
miércoles, 7 de diciembre de 2011
Cuba en la Segunda Guerra Mundial
El siete de diciembre se marca el 70 aniversario del ataque a la base militar norteamericana en Pearl Harbor, Hawaii por las fuerzas del imperio japonés, así dando comienzo a la Segunda Guerra Mundial. El presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt calificó aquel día como “una fecha que vivirá en la infamia.” Pronto, la mayoría de las naciones latinoamericanas declararon la guerra a las potencias del Eje.
El nueve de diciembre de 1941, el gobierno cubano, bajo el mando del presidente Fulgencio Batista, le declaró la guerra a Japón. Hizo lo mismo con Alemania e Italia el 11 de diciembre.

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martes, 29 de noviembre de 2011
Juan Gualberto Gómez Ferrer: un ilustre matancero
Escrito por José (Pepe) Martel. Publicado en Libre el lunes, 21 de Noviembre de 2011
Esa provincia de Cuba, Matanzas, conocida como “La Atenas” ha dado grandes hombres y uno de ellos este gran patriota cubano nacido en uno de sus municipios, Sabanilla del Encomendador. Hijos de esclavos pero libre de cadenas ya que sus padres lograron ahorrar unos pesos y pagarle al amo su libertad conocida en aquellos tiempos como ... De ese modo Juan Gualberto nació libre y con iguales derechos que cualquier cubano de aquella época de colonialismo y esclavitud.
Desde sus primeros años se le observó talento, formación, carácter y patriotismo íntegro muy a pesar de su color negro se desarrolló sin alentar racismo alguno. Luchó con tenacidad y fervor por la mejoría de su clase y por los derechos humanos de todos los cubanos aspirantes a vivir en libertad.
Fue en todo momento de su vida un compañero inseparable de José Martí, quienes se llamaban hermanos.
Periodista, escritor, orador, político y hombre de un prestigio insoslayable y puro. Conoció a Francisco Vicente Aguilera en París y en 1879 comenzó a conspirar junto a Martí. En 1880 fue apresado, juzgado y deportado a Ceuta cumpliendo una larga condena. En España intimó con un Don Rafael María de Labra (nacido en Cuba y desde niño llevado a Madrid) quien lo ayudó en todo y lo presentó en el Ateneo de Madrid donde ofreció varias conferencias siendo aclamado por consagrados políticos, escritores, poetas y grandes hombres españoles que se oponían a las colonizaciones.
Periodista, escritor, orador, político y hombre de un prestigio insoslayable y puro. Conoció a Francisco Vicente Aguilera en París y en 1879 comenzó a conspirar junto a Martí. En 1880 fue apresado, juzgado y deportado a Ceuta cumpliendo una larga condena. En España intimó con un Don Rafael María de Labra (nacido en Cuba y desde niño llevado a Madrid) quien lo ayudó en todo y lo presentó en el Ateneo de Madrid donde ofreció varias conferencias siendo aclamado por consagrados políticos, escritores, poetas y grandes hombres españoles que se oponían a las colonizaciones.
De regreso a Cuba fundó el periódico El Separatista en La Habana. Oficialmente Juan Gualberto era el representante de Martí y tenía la plena autoridad y amplia responsabilidad en dictar instrucciones para cada grupo, movimiento, agrupación clandestina y coordinación de la guerra. El día 29 de enero de 1895 Martí le escribía a Juan Gualberto de puño y letra dándole las instrucciones del acuerdo suscrito en Nueva York con la firma de José Martí y José María Rodríguez en nombre del Generalísimo Máximo Gómez y Enrique Collazo.
En los primero días de febrero de 1895 sale de La Habana rumbo a Oriente para coordinar las futuras acciones de los movimientos alzados y el 24 de ese mes se alzaba cumpliendo sus órdenes el General Bartolomé Masó en Manzanillo. Sucesivos alzamientos en Guantánamo, Bayate, Baire y Jagüey Grande. Juan Gualberto lo hacía en el poblado oriental de Ibarra junto a Antonio López Coloma. Aquellos intentos fracasan por la no llegada de desembarcos de hombres y armas del exterior y solo el General Masó y su tropa pudo entablar combates con el enemigo.
El 2 de marzo de 1895 cayó prisionero de los españoles y conducido a La Habana ante el sanguinario capitán Calleja. Sometido a interrogatorios y torturas fue llevado a varias prisiones donde su calvario fue muy doloroso. No delató ni dijo lo que las autoridades españolas querían saber por lo cual la primera petición pena de muerte y al final 20 años de prisión y de nuevo deportado a Ceuta el 3 de septiembre de 1895. Más tarde trasladado a la cárcel de Valencia y en 1897 de vuelta a Cuba encerrado en las mazmorras de La Cabaña en ocasión de dictar el gobierno español las reformas autonómicas para la isla. Los desembarcos de Máximo Gómez y José Martí en Dos Ríos, la muerte de Martí en combate fueron acontecimientos que entristecieron su vida, no solo por el cariño y afectos que había entre ambos sino por el vacío que dejaba aquella muerte en las horas que más lo necesitaba la causa.
Ya liberado continuó luchando por la libertad de Cuba y más por la organización de la república. Integró la Asamblea de Santa Cruz (después Cerro) y ejerció en ella mucha influencia junto a Manuel Sanguily. Fue delegado de la Asamblea Constituyente de 1901 y un batallador incansable para la creación de la Carta Constitucional para la república y un opositor vehemente contra la Enmienda Platt. Su labor parlamentaria, política y periodista fue muy importante en aquellos tiempos de fundación de la nueva Cuba. Miembro del Partido Unión Democrática (PUD) junto al general Masó que discutía la presidencia frente a Tomás Estrada Palma, candidato favorito del gobierno norteamericano de turno y Juan Gualberto aspirante a representante a la Cámara. Las reiteradas disputas del general Masó con el gobernador Wood (amigo de JGG) produjeron un alineamiento con Alfredo Zayas, con quien hizo política hasta su muerte.
A la caída de Tomás Estrada Palma trabajó intensamente para sacar a los cubanos de esa intransigencia política que los embargaba. Las personas que lo conocieron destacan su inmenso talento, amplísima cultura y patriotismo inigualable. Fue un asistente sistemático a las tertulias del abogado José Antolín del Cuesto en su bufete donde se reunía con personalidades de esa época como Rafael Montoro, Fernández Marcané, Hernández Cartaya, Sánchez Bustamante y otros sabios cubanos.
Falleció en 1933 sin quejarse de nadie, sin acusar a nadie, aunque sorprendido por los caminos que tomaba Cuba con sus nuevas generaciones después de la caída del general Gerardo Machado.
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domingo, 20 de noviembre de 2011
Develado el Monumento al Dr. Manuel Antonio de Varona
El sábado, 19 de noviembre se llevó a cabo la delevación del monument al Dr. Manuel Antonio de Varona Loredo. El monumento, localizado en el Triangle Park de Miami, está integrado por un busto del Dr. de Varona sobre una columna de marmol. El busto es obra del recién fallecido escultor cubano Tony López.
Durante el acto hablaron destacadas personalidades del exilio. Carlos de Varona Segura, hijo del Dr. de Varona, reconoció la labor de aquellos miembros del Comité “Monumento Dr. Manuel A. de Varona” quienes trabajaron para lograr que esta obra se llevara a cabo y presentó a los familiares del Dr. Varona allí presentes.
El Dr. de Varona ocupó varios cargos políticos, entre ellos los de senador y primer ministro. Fue uno de los líderes principales y mas activos del exilio cubano hasta su fallecimiento en 1992.
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jueves, 17 de noviembre de 2011
Juan Caballero Brunet
Por Lincoln Díaz-Balart
Publicado en el Diario Las Américas el 11 de noviembre de 2011
Hace unos días falleció en Miami mi tío, Juan Caballero Brunet, el hermano mayor de mi mamá.
Juan era un patriota cubano, como lo son, también, sus hermanos, Mario y Alfredo, y mi mamá, Hilda.
¡Lincote! Mi tío Juan me llamaba así. Nadie más me ha llamado de esa forma.
Juan Caballero Brunet era una de las personas más buenas, nobles, y cariñosas que jamás he conocido.
Abogado de profesión, y Representante a la Cámara en Cuba republicana, todos los fines de semana regresaba a su provincia de Camagüey a visitar a sus electores. Y, sin dinero, visitando todos los hogares en todos los barrios y vecindarios de la ciudad, fue electo Alcalde de Ciego de Ávila en las últimas elecciones que tuvo Cuba, en 1958.
Fue Juan quien nos enseñó a Mario mi hermano y a mí, la importancia de visitar, casa por casa, a los electores.
También recuerdo como me explicó, con su maravilloso sentido del humor, el valor de darle la mano a todo el mundo, la costumbre de los políticos en Estados Unidos. “Siempre me pareció eso una bobería”, me dijo, “y un día estaba en mi automóvil parado en una luz roja en Pensacola (donde Juan era profesor en la Universidad) y se me acercó y me dio la mano Earl Hutto, diciéndome Hello, I’m Congressman Earl Hutto, ¡y cuando fui a votar, vi su nombre en la boleta y voté por él! ¡Funciona, Lincote!” me decía riéndose.
Juan era, en los mejores sentidos de la palabra, como un niño. Amaba al prójimo. Todo lo material que tuvo, era para otros. Se desvivía por hacerle un favor a un amigo. Le era muy difícil entender el mal. Como un niño.
Recuerdo cuando me dijo que realmente entendió por primera vez lo que estábamos confrontando en Cuba. Habiendo llegado a Nueva York ese primero de enero de 1959 (¡sin ni siquiera un abrigo!) Juan vio por la televisión como las turbas en La Habana destruían los parquímetros. “En ese momento entendí que lo de Castro sería realmente serio”, me dijo.
Y Juan conoció el dolor profundo en ésta vida, especialmente cuando, ya viejito y enfermo, pero feliz porque vivía con su hijo, mi primo Jorge Enrique, uno de los seres humanos más llenos de amor concebibles, que junto a su hija (la nieta de Juan) Ana María, cuidaba a Juan, y Jorge Enrique murió repentinamente del corazón.
Después, Ana María y la hija de Ana María, Jordan, cuidaron a Juan de una forma bella y admirable.
Juan ya no siente el dolor. Está junto a Jorge Enrique y a sus padres –mis abuelos Juan y María– a su esposa Carmen y a tantos otros seres queridos en la presencia de Dios.
Y hasta que nos reunamos nuevamente con él y con todos ellos, recordaremos siempre a Juan Caballero Brunet con toda nuestra admiración, devoción, y supremo amor.
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