jueves, 17 de febrero de 2011

El Cayo Hueso de Ayer

Por Guillermo Cabrera Leiva
Publicado en el Diario Las Américas el 14 de febrero del 2011

Acaba de salir al público un libro escrito por Alejandro Pascual, publicado por la Editorial Universal de Miami, que reúne en sus páginas hechos y circunstancias de la época en que la cuestión de la independencia de Cuba era el tema predominante en la población de Cayo Hueso, y otros temas de principios del siglo XX.

El libro lleva por título “Cuba y el Cayo Hueso de Ayer”, y su autor es un ex-alumno del Colegio La Progresiva, de Cárdenas, quien se exilió en los Estados Unidos en 1964, donde amplió su preparación académica y desde donde viajó a Europa e Hispanoamérica, retornando luego a Norteamérica para dedicarse a escribir sobre temas históricos.

El libro es un recreo para el espíritu. Está escrito con sencillez, sin las elegancias ni ornamentos de los grandes autores, pero con un lenguaje claro y penetrante que describe con fidelidad los sucesos y lleva al lector de la mano para mostrarle la realidad de aquella zona que fue teatro de gran actividad por la libertad de Cuba.

El capítulo dedicado a Martí es quizás el más interesante de todos, y presenta con amplios detalles la llegada del Apóstol al Cayo, su primer discurso, las circunstancias de su presencia y la emoción que causaron sus palabras.

Otro tanto puede decirse de las páginas dedicadas a los tabaqueros, al Club San Carlos, a las calles y plazas de Cayo Hueso, a las conmemoraciones patrióticas y a describir a las principales figuras que colaboraron con Martí.

Cayo Hueso del siglo XIX es una cantera de historia para conocer la lucha por la libertad de Cuba.

Pero el libro no se limita a contar facetas de la época colonial española, sino que describe hechos notables ocurridos después de inaugurarse la república en 1902.

Uno de aquellos hechos fue el vuelo de Domingo Rosillo y de Agustín Parla desde Cayo Hueso a Cuba. La descripción de este episodio vale la pena leerlo, por la precisión de los hechos ocurridos y que son de un valor inapreciable, teniendo en cuenta que ese vuelo fue un hito en la historia de la aviación, ya que consistió en el primer vuelo Florida-Cuba.

El tema de los tabaqueros es otro que merece una buena lectura. Cayo Hueso llegó a tener 119 fábricas de tabacos, produciendo unas 300 marcas, destacándose entre esas fábricas la de Hidalgo Gato, con 700 empleados.

Los tabaqueros de Cayo Hueso –nos dice este libro– “contribuyeron a hacer de Cayo Hueso la ciudad más rica de la Florida y la décima del país”. Y lo más importante tal vez: estos tabaqueros “financiaron la Guerra de los Diez Años y la Guerra de Independencia”.

El autor destaca el Club San Carlos como el símbolo de la cultura cubana en Cayo Hueso, y califica la visita de un cubano a su sede como la de un musulmán ir a la Meca, o un católico ir al Vaticano.

Es aconsejable leer un libro tan lleno de recuerdos y tan pródigo en memorias patrióticas como “Cuba y el Cayo Hueso de Ayer”.

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