lunes, 28 de diciembre de 2009

Cuba y los derechos humanos


Guy Pérez-Cisneros
Por: Daniel I. Pedreira

Mucho se habla a diario sobre las violaciones a los derechos humanos por el régimen castrista a lo largo de 50 años de tiranía. Sin embargo, pocos conocen la gran labor realizada por Cuba en la creación de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Este 10 de diciembre, al cumplirse 61 años de la creación de ese documento internacional, debemos recordar a uno de sus proponentes.

Guy Pérez-Cisneros Bonnel nació en París, Francia el 7 de junio de 1915. Varios elementos ayudaron a formar la visión cosmopolita que llegaría a definir su carrera. Su padre, Francisco Pérez-Cisneros, era pintor y Cónsul de Cuba en la capital francesa. Su madre, Paule Bonnel, era oriunda de Toulouse, Francia. Comenzó sus estudios en el Colegio Santo Ángel de Gijón en Asturias, España y luego, entre 1921 y 1933, cursó su primera y segunda enseñanza en el Liceo Longchamps de Bordeaux, Francia, graduándose de bachiller. Luego ingresó en la Universidad de La Habana, donde se graduó de Doctor en Filosofía y Letras y Derecho Diplomático. Su tèsis doctoral, Características de la Evolución de la Pintura en Cuba, fue publicada en 1959. Estos elementos ayudaron a formar la visión cosmopolita que llegaría a definir su carrera.

Desde su ingreso en el Ministerio de Estado en 1934, el Dr. Pérez-Cisneros ocupó varios cargos administrativos y diplomáticos. En 1935 fue nombrado funcionario del Servicio Exterior de la República de Cuba. Dos años más tarde fue nombrado Secretario General Adjunto de la Comisión Nacional Cubana de Cooperación Intelectual. En 1937 contrajo matrimonio con la camagüeyana Berta Barreto y Fatijó, y juntos tuvieron tres hijos, Guy, Francisco y Pablo. Se divorciaron y, en 1943, se casó con Vera Wilson Estrada.

El Dr. Pérez-Cisneros también se destacó en el campo de las artes plásticas, publicando varias obras sobre el estudio del arte. Entre estas obras se destacan Presencia de Ocho Pintores (1937), Pintura Moderna Cubana (1941), Víctor Manuel y la Pintura Cubana Contemporánea (1941) y Pintura y Escultura (1943), entre otras obras.

En 1939 fue nombrado Jefe Interino de la Oficina de la Liga de las Naciones del Ministerio de Estado, Secretario General del Instituto Nacional de las Artes Plásticas y Secretario General Adjunto de la Unión Interamericana del Caribe. En 1944 se graduó de la Escuela de Periodismo “Manuel Márquez Sterling.”

Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, Cuba, al igual que los otros países aliados, aunaron sus esfuerzos para solucionar los problemas de la posguerra. De esta nueva misión surgió la Organización de Naciones Unidas (O.N.U.). Entre 1945 y 1946, el Dr. Pérez-Cisneros fue Secretario General de la Delegación de Cuba a la Conferencia para la creación de la Organización de las Naciones Unidas. Simultáneamente era miembro del Colegio Nacional de Periodistas de Cuba, Agregado Comercial de Cuba en el Canadá y Representante de Cuba en el Consejo Económico y Social de la O.N.U. En 1947 fue Relator de la Comisión Especial sobre Información de Territorios No-Autónomos de la II Asamblea General de las Naciones Unidas.

Al año siguiente fue Delegado de Cuba y Primer Relator en la XI Conferencia Interamericana en Bogotá, Colombia. Allí fue aprobada la Declaración de los Derechos y Deberes del Hombre. Ese mismo año fue Delegado de Cuba a la III Asamblea General de las Naciones Unidas, reunión que se llevó a cabo en el Palacio de Chaillot en París. Allí, fue uno de los delegados que propuso la aprobación de la “Declaración Universal de los Derechos Humanos,” documento que se venía desarrollando con gran participación cubana desde 1945. El documento fue redactado por los Doctores René Cassin, Embajador de Francia, Charles Malik, Embajador del Líbano, Guillermo Belt Ramírez y Ernesto Dihigo y López Trigo, Delegados de Cuba ante la O.N.U. Los Doctores Pèrez-Cisneros, Belt y Dihigo cabildearon a la Sra. Eleanor Roosevelt, Presidente de la Comisión de las Naciones Unidas, para lograr la aprobación de dicho documento.

En 1949 fue nombrado Vocal de la Comisión Cubana de la U.N.E.S.C.O., Delegado de Cuba a la IV Asamblea de la O.N.U. y Secretario General Electo de la Comisión Americana de Territorios Dependientes (1949). En 1950 fue nombrado Jefe de Despacho del Ministerio de Estado de la República de Cuba y en 1950 y 1951 representó a Cuba como Delegado Permanente a la V y VI Asambleas de la O.N.U. Entre 1952 y 1953 fue Delegado de Cuba al Consejo Económico y Social de la O.N.U. en las VII y VIII Asambleas.

Por su labor internacional, recibió numerosas condecoraciones de diferentes gobiernos. De Haití recibió las órdenes del Mérito (1940) y de Pétion et Bolívar (1941) con el grado de Caballero, del Líbano recibió la Ordre National du Cèdre (1947), y de México el Águila Azteca con el grado de Insignia (1949). A su vez, el gobierno cubano le otorgo el grado de Oficial (1948) y Comendador (1951) de la Orden Nacional de Mérito Carlos Manuel de Céspedes.

El Dr. Pérez-Cisneros falleció repentinamente en La Habana el 2 de septiembre de 1953. Al morir solo tenía 38 años de edad. Sin lugar a duda, hubiese continuado representando a la República de Cuba ante el mundo digna y honrosamente si su destino hubiera sido otro. Durante su vida pública, el Dr. Pérez-Cisneros representó los valores culturales del pueblo cubano y enalteció el nombre de Cuba en los organismos internacionales. Hoy, al ver las violaciones a los derechos humanos que ocurren en Cuba y alrededor del mundo, debemos recordar el espíritu humanista del Dr. Guy Pérez-Cisneros para evitar que se cometan estos crímenes en el futuro.

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